Una de las retahílas de mezquindades, sospechas y suspicacias se está por terminar en el turf argentino, con la nominación del laboratorio del hipódromo de San Isidro como centro de referencia para el control del doping, un sello que solo tienen seis establecimientos en el mundo: Racing Analytical Services Limited, de Australia; Laboratoire Des Courses Hippiques, de Francia -elegido por la Argentina-; LGC Group, Sport & Specialised Analytical Services, de Gran Bretaña; Hong Kong Jockey Club Racing Laboratory; Kenneth L. Maddy Equine Analytical Chemistry Laboratory, de la University of California at Davis, de los Estados Unidos, y Laboratory of Racing Chemistry, de Japón.

Si este cambio de mentalidad no ocurriera; si prevalece el pensamiento pequeño de que no es más que un capítulo en esa suerte de paranoia de creer que en el exterior nos quieren bombear a los del Sur, no habrá nada que celebrar. Si, en cambio, en lugar de quejarnos por la prohibición del uso del vasodilatador Lasix y, por caso, buscáramos unirnos a hípicas poderosas, como la de los Estados Unidos, para investigar y “limpiar” al medicamento de ese halo nocivo o buscar más opciones, tendríamos otra imagen en Europa, Asia y Oceanía y se podrían discutir las posiciones rígidas y los preconceptos que causan escozor. De ambas partes.

Horacio Espósito, dirigente argentino, vicepresidente de la Federación Internacional de Autoridades Hípicas (IFHA), trabajó para alcanzar esta antigua meta del Jockey Club y también lo hace en otro tema espinoso, el de los rankings y las carreras de Grupo. Pese a que existe un toleral level por el cual la IFHA “perdona” y no les baja el nivel a clásicos cuyos competidores no alcanzan las libras necesarias para sostenerse en determinado nivel de black-type, el dirigente apuntó a la necesidad de bajar algunas carreras de Grupo. “Debe haber voluntad para adecuar las carreras a lo que pide cada Grupo o Listado; recibimos ataques frontales por nuestra defensa de esos rankings para que expliquemos por qué tenemos más clásicos de Grupo 1 que algunos países europeos”. Un desfasaje notable se da al comparar los 40 Grupo 1 de la Argentina respecto de los 13 de Irlanda, el país de origen del sangre pura de carrera. La pelea lleva años, aunque es cierto que los hipódromos en general acataron las disposiciones. 

UN BUEN MUNDIAL

El éxito de la selección argentina de fútbol es una buena noticia, pero en el turf genera controversias. Las recaudaciones de San Isidro cayeron un 30 %, aproximadamente, las tres veces en que sus reuniones coincidieron con un partido del equipo de Lionel Messi. En La Plata, ese descenso fue de alrededor del 50% el viernes 9 (Argentina vs. Países Bajos) y el martes 13 (Argentina vs. Croacia). Cualquier actividad que compartió “cartel” con el Mundial sufrió una merma. 

En el hipódromo de Palermo, entonces, se decidió minimizar los daños. No se tiró a la pileta sin saber si había suficiente agua o intuyendo que sería escasa. La primera experiencia del hipódromo porteño le tocó en la jornada imperdible: la Final y con Argentina como protagonista. El peor escenario. Pero antes de saberse si el equipo albiceleste llegaría hasta la última instancia, anunció: “Si Argentina jugara el partido decisivo, el domingo 18, cancelamos la reunión y redistribuimos las carreras”, anticipó el fin de semana pasado Federico Spangerberg, gerente del hipódromo. 

Así, el viernes próximo habrá 16 carreras, ocho de las cuales provienen de los llamados del domingo. En tanto, las cinco pruebas dedicadas al turf del Interior se postergarán por 24 horas, para engrosar la jornada del lunes 19, y son las siguientes: Especial Encuentro Provincial, Especial Provincias Unidas, Especial Luis Bonetto; y los premios Clara Tentación y Furia Mágica.

 

Lo cierto es que en Hipódromo Argentino de Palermo SA se aplicó un criterio más pragmático, favorecido, para el caso de los competidores del Interior, en que sus carreras apenas se pospondrían un día. Es más, ahora van a correrse en una jornada que Palermo explota muy bien, como la de los lunes, donde su público es el más fidelizado.

Como suele pasar en estos tiempos, las redes sociales son la caja de resonancia de casi todo lo que ocurre y, en este caso, con comentarios en contra de la resolución del problema esgrimiendo el hecho de que San Isidro y La Plata trabajaron a pérdida -inevitable- y que Palermo debió hacer lo mismo. Increíble.