Actualidad
El amor es más fuerte, pero si acompañan los números, mejor
Del Editor
22/03/2023
Revista Palermo

Mejor que pensar cuántas veces el país ofreció un contexto acorde para invertir en un caballo de carrera es dejar de lado los ejercicios de la memoria porque es en vano, dada la pertinaz inclinación que tienen los administradores políticos de la Argentina por cometer errores y por no resolverlos, para dejarlos al que viene.  

El caballo supone una inversión en todo lo alto: el riesgo de poner fondos en algo que depende de situaciones que no estaban en “el pliego” de un ser vivo, en que el comprador puso el ojo por su pedigree, su físico o la campaña de padre y madre (se puede reemplazar “o” por “y”). La relación precio/pensión/premios rara vez es la ideal.  Cada variable es fuerte.

Por su posición como criador, propietario, presidente de la Comisión de Carreras de Palermo y martillero, Antonio Bullrich es palabra autorizada. Estuvo en la venta de El Paraíso el sábado -se detalla por separado- y su visión es positiva. “El Paraíso está haciendo un trabajo enorme. Tienen un trabajo de muchos años y los potrillos son increíbles. Vimos que hay mercado, lo que nos produce una enorme satisfacción. Se vendieron muy bien los destetes”.

Para el martillero, “la ecuación de los precios de venta con los premios sigue siendo la mejor del mundo aquí, pero hay que ganar, porque así se pueden pagar seis o siete meses de pensión”. Una verdad de a puño. Y continúa, pero en su rol de directivo: “Tenemos un muy buen producto para vender”.

-En los tiempos de vacas flacas solemos explicar el interés por el caballo de carrera en la pasión ¿eso es así?

-Es cierto. En la Argentina hay un gran amor por el caballo y al comenzar cada temporada nos preguntamos quién va a comprar en medio de la crisis económica. Lo que está intacto es la vibración; ya nos demostró El Paraíso que hay gente muy interesada en comprar. Hubo interés hasta la última pieza. Me fui muy contento por los Duggan y por el mercado que se viene.

 

 

“La gente viene todos los días al haras”

 

El caso de Ignacio Pavlovsky es muy similar al de Bullrich: es criador, propietario, director del haras Carampangue, agente y directivo de entidades internacionales, además de vicepresidente de la Comisión de Carreras de Palermo. “El sábado se vendió un caballo por dos veces el premio del Nacional”, destacó, pero es más cauto sobre el mercado que viene: “Tengo incertidumbre, pero veo que hay interés. Carampangue remata recién en junio y ya tengo gente que viene a ver potrillos todos los días al haras”.

A juicio de Nacho, “lo importante es que la relación premios-pensión no sea negativa; si la pensión es cara y los premios están bajos, se complica; si el premio paga ocho meses de pensión la gente se anima más. Ahora aumentó San Isidro y Palermo anunció que también los sube”, y coincide con Antonio Bullrich en que “siempre se depende del juego y de lo que rindan las máquinas tragamonedas”.

-¿Eso hace que la relación premio-pensión fluctúe?

-Pero todavía es buena. Después, si sacás un caballo bueno lo vendés, hay mercado para yeguas en Japón y Estados Unidos, y para training en Singapur, Estados Unidos, Hong Kong. A veces preguntás sobre la posibilidad de una venta y el dueño te responde que se quiere seguir divirtiendo, ni mira los premios. La mitad de los propietarios no vende por eso y es respetable, por supuesto. He visto a esta actividad volver irracionales a los tipos más exitosos.

-Pero no se puede pelear con la coyuntura.

-Desde que yo trabajo tuvimos dos años de estabilidad cambiaria y de inflación con Carlos Menem y dos con Néstor Kirchner, en este caso porque hubo una bruta devaluación y la soja se disparó a 600 dólares, con superávit fiscal. Después, vivimos a los tumbos. Es muy difícil dar precios en pesos y si pedís en dólares se asustan. En ocho cuotas, por caso, es imposible. La sequía agravó la situación por las dificultades de conseguir insumos para alimentación.  

Carlos Felice, titular de Haras El Ángel de Venecia, opinó: “En la Argentina, la situación económica influye directamente en el turf. En momentos de crisis económica, los premios están muy disminuidos mientras que las pensiones sufren incrementos”. El propietario de Village King y The Punisher, ganadores de los dos últimos Carlos Pellegrini (G 1), agrega un aspecto que cae a plomo en estos tiempos: “Los precios de los insumos para alimentos y medicamentos también son afectados”.

Respecto de las ventas, afirmó: “Sigo sorprendido por los precios de yearlings. Competimos con el mejor producto (cualquiera) en un Grupo 1 por 5000 dólares. Los premios son bajísimos, parecen los salarios. Con estos premios y los precios en los remates indudablemente hay muchas lecturas”, añade Felice. “El turf parece un mercado en negro; me alegro por quienes crían. Por eso se me hace difícil entender un mercado fuerte o alcista en los remates de yearlings”, concluye.

La rueda de las carreras puede tropezar, hundirse en el barro a veces, pero nunca para. Ignacio Pavlovsky lo puede refirmar ahora que está a punto de recibir a Ivar, un nuevo padrillo en Carampangue; Bullrich tiene una agenda cargada de remates y Felice sostiene su estructura a punta de grandes triunfos.

 

Del Editor

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