Un capricho originó el conflicto por el que se anularon cuatro reuniones en el hipódromo de La Plata. Y como si fuera un decreto de necesidad y urgencia, o una ley, la medida fue levantada con otro capricho. La Asociación Unificada de Jockeys y Cuidadores de La Plata firmó ayer un acuerdo con el Instituto Provincial de Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires, por el cual se aumentará la cobertura de seguro de accidentes en carrera y vareo, se pondrá en funcionamiento el laboratorio del hipódromo, se implementará un mecanismo de actualización de premios y el inicio de obras de mejoras y mantenimiento, y se constituirá una mesa de trabajo que verifique el desarrollo de esas iniciativas. Entonces, habrá carreras mañana, jueves 11.

“Esto se los ofrecimos hace diez días”, recuerdan en la administración del Bosque, que también asistió a la firma del acta. “Te esmerilan”, agregan los funcionarios, que no esperaban que una medida de fuerza se adoptara antes de dar tiempo a que los compromisos se cumplieran (por las firmas de los recientemente nombrados y por los plazos del control del doping, que se efectúa en San Isidro). En la cúpula directiva llamó la atención que, en plena huelga, Matías Ferreyra, cabeza de la Asociación Unificada, y Matías Delli Quadri hayan firmado compromisos de monta y alegan: “Pagamos 11.500 pesos por monta perdida, casi el doble que Palermo y San Isidro”, y aseguran que esos pagos y otros que no dependen de los premios, están al día.

“El único paro en esta gestión fue de vareadores”, mencionan cerca de Mariano Cowen. Aquello fue en agosto, cuando la asociación que nuclea a estos trabajadores declaró un cese de actividades que obligó a La Plata a cancelar una reunión. En aquel momento se reclamaba por el atraso en el pago de premios de dos (2) reuniones. Sea quien fuere el que motoriza las medidas de fuerza -porque las versiones van desde los propios despachos oficiales hasta una carrera de postas entre sindicatos, alternándose en el reclamo- y los amores y desamores entre las partes -de Ferreyra a las autoridades, ida y vuelta-, el meollo de la coyuntura sigue estando en el fondo de reparación. 

Si fuese cierto que el gobierno provincial está “manoteando de donde puede”, como decía alguien que lo ve desde la capital del país, y eso incluye las sumas que corresponden al turf por una ley que manda a los bingos a disponer una parte de sus ganancias para ello, no habrá solución a corto plazo. 

 

El intachable Antonio Fabián Rivero, destacado jockey clásico hasta no hace mucho y director de la Escuela de Jockeys Aprendices de La Plata, comentaba que conocía al titular de Lotería desde antes de asumir este cargo. “Tengo buena relación con Gonzalo Atanasof, lo noté entusiasmado y comprometido con el desafío que afronta y salió bien de este problema, que ojalá venga bien para estar mejor en el futuro” confía. 

Y después le refirió al funcionario las cuestiones que deberían atacarse para generar nuevos recursos para las carreras, un ejercicio que el turf tiene que hacer con cada gestión de la provincia, por ese hábito invencible de nombrar gente que no conoce del tema hípico. Y ni hablar del director de Hipódromos, Juan Puleston, que proviene del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense. “Le dije a Atanasof que hay que vender la señal para jugar afuera, las carreras de La Plata no se ven en ningún lado, y que hace falta autorizar el juego online”, revela Rivero.

Para el turf, estas demandas ya huelen a rancio, de tan cajoneadas. Los conflictos en el hipódromo de La Plata corren mejor suerte. Al menos se reflotan cada tanto y se airean.