Y lo del corazón no es una licencia poética, es que el formidable zaino estuvo a punto de no correr por algunos problemas físicos que no le permitieron llegar con los 10 puntos a un cotejo tan exigente. Pero Carlos Felice, propietario del hijo de Campanologist asumió la responsabilidad de correrlo. Y el criado por Santa María de Araras le respondió con su victoria más importante.

Corrido por primera vez por Martín Valle -tra el éxito y en su regreso al podio fue saludado afectuosamente por sus colegas-, flamante monta oficial de la chaquetilla roja con cruz de lorena amarilla, que lo condujo como si lo conociera de toda la vida, Village King siguió desde el tercer puesto al puntero Sandino Ruler y aguardó la recta. Y cuando este tramo decisivo de la carrera llegó y el pupilo de Carlos Daniel Etchechoury aceleró, se acabó la carrera. Pasó de largo en los 400, de ahí al disco multiplicó cuerpos y alcanzó la meta soñada con 9 cuerpos a favor, en 2'23''42c. para los 2400 metros.

Los buenos caballos como Village King son así, capaces de olvidarse de sus dolencias para dejar el corazón en la cancha y conseguir victorias increíbles.