Descendiente de Olivier Peslier, vivió 10 años en Río Cuarto y hoy sigue
los pasos de su padre en el arte de empuñar la fusta. No descarta correr aquí
La vida está llena de sorpresas y desafíos. Ya lo dijo en el tango
Cambalache Enrique Santos Discépolo, cuando utilizó el sustantivo con el que
generalmente nos referimos a la tierra: "El mundo fue y será una porquería
ya lo sé". Tal vez tenga o no razón, hay “verde” hablando en tema burrero,
pero que el mundo es chico, que no le quede ninguna duda amigo.
Es que Megane Peslier es hija de un prócer de la hípica francesa, nada
más y nada menos que de Olivier Peslier, eximió látigo de aquel país, que ha
ganado innumerables cotejos de grado uno en su tierra natal y también en otras naciones
como Canadá, Alemania, Turquía, Gran Bretaña, España, Emiratos Árabes Unidos,
Hong Kong, Estados Unidos, Islas Mauricio, Irlanda, Italia, Japón, Suiza,
Qatar, etc. Varias veces paseó su clase arriba de un sangre pura de carrera; de
hecho hace poco obtuvo un cotejo de grado en el meeting donde corrió Miriñaque
en Riad, Arabia Saudita.
Ya próximo a retirarse de las pistas, tiene una descendiente que le
sigue los pasos y es su hija Megane. Pero usted sabe amigo lector qué la
jocketa vivió en Argentina y tiene raíces bien gauchas. Sí, tal como le dice
Revista Palermo. Así que fuimos por más y entablamos una jugosa charla con la
jinete, que actualmente compite en Miami con buen suceso.
Con un fluido castellano nos contó su historia: "Tengo 26 años,
estuve viviendo durante 10 en Argentina con mi mamá. A los 12 años regresé a
Francia para poder aprender el idioma. Hice toda la escuela primaria y jardín
de infantes en Rio Cuarto, Córdoba". Ya más a tono nos comentó: "No
tengo muchas costumbres argentinas, por ejemplo, no tomo mate porque en Francia
no se consigue yerba, pero tengo lógicamente los mejores recuerdos grabados en
mi corazón".
Tiene un apellido famoso no solo en Francia, también en toda Europa, en
cuanto a si fue una presión, acota: "no lo fue al principio, porque
comencé y todo era nuevo y hermoso, pero en la actualidad la estoy sintiendo. Ven
que soy aprendiz y la gente me presiona un poco más, no yo, porque
personalmente tengo claro mis objetivos".
"Mi pasión por las carreras comenzó tarde. Yo en Francia cuando
terminé mis estudios me dediqué a estudiar actuación. Me encantaba hacer la
escuela de actriz. Pero los caballos siempre me tiraron, porque… la sangre tira..
jajaja". Fue ahí cuando decidió
apostar por la hípica y se calzó el casco, la chaquetilla y los breches,
siguiendo el camino de su papá.
“En Francia hice todos los circuitos habidos y por haber, tuve
experiencias y corrí en Abu Dhabi, Martinica y ahora Estados Unidos. Llevó la
pasión muy adentro mía y de una u otra manera yo iba a estar ligada a los
caballos".
Hace un alto en la charla y nos comenta que corrió en los más bonitos y,
también no tanto, hipódromos franceses, que es una apasionada y agradecida a la
vida por hacer lo que ama. Siente que la observan de otra manera por el
apellido, para ya aprendió a convivir con la presión mediática.
Si le nombramos Argentina, se le iluminan los ojos y sorprende diciendo:
"Sí la posibilidad se presenta obviamente que me gustaría ir a Argentina,
y también correr y ganar, hace mucho que no voy, más con el tema de la pandemia
que nos afectó a todos. Tengo muchas ganas de ir. De hecho, estoy abierta a
escuchar cualquier tipo de propuesta. Sólo hay que correr bien y ganar, ahí
está la clave".
Pero no solo visualiza a nuestro país sino que también apunta a la
hípica nipona porque sabe que Japón es potencia y busca medirse con los mejores:
"Ahora mi presente es en la Florida, donde espero ganar carreras en
Gulfstream Park. Actualmente es la temporada más exigente con jinetes de la
talla de los hermanos Ortiz, Rosario, Saez, Jaramillo, Castellano, Velázquez,
Gaffalione", y agrega: "Me gusta viajar, adoró conocer lugares, por
eso me gustaría ir a Japón, también Hong Kong es un circuito exigente de Asia. Mientras
pueda correr soy feliz, pero a su vez soy competitiva, no quiero participar,
quiero ganar".
La joven Peslier se despide dejando saludos a la afición, y es que tiene
parte nuestra y ella así lo siente: "Me crie en Argentina". Por un
momento deténgase a pensar, si usted se encuentra sentado en la tribuna del
hipódromo de Río Cuarto y viene una niña rubia diciendo "Soy la hija de
Oliver Peslier" ¿Usted le creería? Yo no, y obviamente la mayoría tampoco;
sería cómo que vengan y me digan que soy el hijo o hija de Cristiano Ronaldo.
Usted dirá qué hace acá, pero bueno, la vida te da sorpresas, sorpresas te da
la vida. Megane vivió en Río Cuarto y decidió regresar a Francia para aprender
el idioma paterno.
Las casualidades no existen, todo pasa por alguna razón, un buen destino
es cuando uno encuentra lo que ama. Megane lo encontró y Argentina es parte de
ese horizonte.