Con un puntero firme como Cosmico Romano en el el lote, Eduardo Ortega Pavón siempre supo, sobre todo después de ver uno y otro video de las victorias del ganador del Clásico General Pueyrredón (G3), nada menos que la carrera más larga del calendario argentino, que con un vanguardista tan contundente entre sus rivales Will Smith tenía la mitad de la carrera ganada. Y que la otra mitad del triunfo estaría en sus manos. En lo cómodo y relajado que el jinete paraguayo pudiera traer al crédito de El Doguito.

Y el desarrollo no le podría haber salido mejor al pupilo de Nicolás Martin Ferro, el joven trainer que ya había festejado el primer triunfo jerárquico de la tarde con Ever Beautiful. Porque "Orteguita" lo trajo penúltimo, parando, y se limitó a esperar la recta para hacer entrar en acción al hijo de Sigfrid. Y cuando el jinete paraguayo llamó a la realidad a su dirigido, éste dominó al puntero a la altura de los 250, "saludó" y se fue.

Pasó de largo Will Smith y arribó a su primera conquista de jerarquía, exhibiendo además una predisposición para las distancias dilatas y teniendo en cuenta que el calendario no ofrece muchas más opciones para los fondistas adultos, seguramente lo que sigue para el ejemplar de Juan Cruz Ramallo es el clásico camino al Carlos Pellegrini (G1). Y esas, seguramente, no será una decisión difícil de tomar para el propietario.