Acostumbrado a codearse con los más exigentes rivales, esos que suelen animar los Grupo 1, para el hijo de Horse Greeley fue casi un trámite sumar la segunda conquista jerárquica y la sexta de su campaña. Y para colmo de males, Zamindar Quit, favorito del público, otro velocista con roce y el único que podía hacerle fuerza al alazán, abandonó temprano, tal vez aquejado por un trastorno físico, y cerró la marcha.

Pese a la facilidad con la que Sanson Greeley terminó imponiéndose, Juan Noriega, su jockey, hizo su parte sobre el azuleño. Esto es, regular de la mejor manera sus energías para que el sprinter no acusará los 62 kilos que llevó sobre el lomo.

A partir de los 250 finales Sanson Greeley se distanció de Desert Boy, el único rival que intentó seguir el ritmo que el enemigo de la cátedra impuso desde la suelta, y terminó venciéndolo por 3 cuerpos y en 54''59c. para el kilómetro, según el cronómetro porteño.