Las carreras como el Gran Premio República Argentina suelen ofrecer, de cuando en cuando, uno de esos caballos que justo en el clásico más grande se deciden a pagar la cuenta que tenían pendiente con sus propietarios y con los profesionales que desde el principio depositan en ellos sus expectativas… y su inversión. A Nievre (Catcher in the Rye) la oportunidad de salvar la espera se le dio en el Gran Premio República Argentina (G 1-2000 m), a dos meses de cumplir 5 años. Sólo cuatro actuaciones sumaba su cartilla hasta ayer, con dos triunfos condicionales apenas.
Por eso cierta incredulidad general cuando en la recta final se debatía con caballos clásicos como Dreaman (Galicado), que venía de ganar el Gran Premio de Honor (G1-2000 m), y sacaba de la conversación a Alibaba Song (Alcindor). Llegó a dominar por media cabeza Dreaman, camino del disco, pero volvió a marcar una diferencia, que en la raya fue de cabeza.
Edgardo Martucci, entrenador del ganador, contó que hubo que pelear con algunos trastornos físicos que demoraron el debut en los clásicos, algo que sólo este domingo 1° de mayo se produjo. “El problema de él fue en una pata, me volvió loco. Es un caballo bueno de verdad y a mí gustaba en fija ahora”, jura y describe al caballo que él eligió y en el que Rodolfo Pedro Bor, el propietario, aceptó invertir hace más de dos años. Ellos son los más felices ahora que Nievre pagó la deuda con creces, en su primer clásico.
La tarde de grandes premios había empezado con Tan Gritona (Full Mast) en el Gran Premio Jorge de Atucha (G1-1500 m), que la potranca corrió como si los tres meses sin competir desde su debut triunfal no existieran, y mucho menos el salto desde el kilómetro de aquella carrera. Con Brian Enrique, el jockey que tiene su compromiso con el stud Gran Muñeca y conoce a sus productos, la yegua que entrena Jose Luiz Correa Aranha no corría desde enero, cuando ganó en la recta, aunque desde entonces hizo mil trabajos y pasadas, como para afrontar afilada lo que viene.
Tras su victoria inicial, Tan Gritona dejó Venado Tuerto, donde la entrenó José Luis Intra, y en San Isidro, su nuevo hábitat, fue preparada para seguir invicta.
El Gran Premio Montevideo-Copa Revista Palermo (G 1-1500 m), la versión para hembras de los clásicos para productos del domingo 1°, le posibilitó a Subsanador (Fortify) redondear el perfil que traía ya desde el día de su estreno, cuando todo el hipódromo “sabía” que era uno de los grandes potrillos de la temporada. Ahora lo confirmó, y no solo porque superó al único rival que antes le había ganado, El Musical (Il Campione), sino por la manera en que definió después de doblar el codo abierto, para ganar por un largo y medio ante Niño Guapo (Catcher in the Rye) con más comodidad de la que sugiere ese margen.
El Musical, cuyo entrenador, Miguel Cafere, había comentado que sufrió por el clavo de una herradura que se le metió en tejido blando hace 10 días, seguramente no pudo rendir como se esperaba luego de un par de ejercicios en los que se mostró bien, pero sin estar en plenitud.
El Gran Premio de las Américas-OSAF-Copa Eduardo S. Blousson (G 1-1600 m), le dio a Chanta Joy (Fortify) el triunfo que merecía su campaña de seis actuaciones, en la que nunca bajó del segundo puesto, con dos triunfos. Y fue, también, el primero de los dos padecimientos de la tarde para el entrenador Hugo Miguel Pérez, que resultó segundo aquí cuando Royal Rimout (Remote), de 3 años como el anterior y también con una corta y efectiva trayectoria -dos conquistas en la recta de Palermo-, tuvo algún tropiezo tratando de superar a la yegua Siempre En Mi Mente (Equal Stripes), junto a los palos, mientras Chanta Joy atropellaba por afuera, libre. La segunda circunstancia que Pérez sufrió fue la mencionada en la definición del República. Como para dar vuelta la página pronto.
La Validada (Valid Stripes) y Summer Rae (Equal Stripes) le dieron a Juan Franco Saldivia en el GP Criadores-Copa Breeders’ Cup Distaff (G 1-2000 m) el final soñado por un entrenador: el uno-dos, con el hocico de diferencia en un final que el propio cuidador definió como espectacular. “Me puso un poco nervioso la definición y a los propietarios también. Estaban al lado mío viendo la carrera”, dijo, cuando las pulsaciones ya estaban bajando y tuvo tiempo de recordar el “muy buen proceso selectivo que La Validad tuvo cuando la entrenaba Javier Fren”.
Tiene tiempo el stud Buenos Muchachos para definir si viaja a Kentucky para competir con La Validada en el Distaff (G 1-2000 m), en el hipódromo de Keeneland. John Fulton, representante de Breeders’ Cup en Latinoamérica, espera una definición positiva. Y a lo mejor los propietarios llevan al jockey que tuvo ayer, Gustavo Calvente.
Más tarde, Brian Enrique, casi parado en los estribos de Luthier Blues (Le Blues), sacudía su mano derecha en alto, con el gesto de “qué bárbaro, qué fenómeno”. Como diciendo que es demasiado, que el fenómeno de la recta alcanzó su undécima victoria sin que él, su jockey, pisara el acelerador a fondo en esos 200 metros finales que igual fueron de vértigo.
Luthier Blues ganó por seis cuerpos sobre Sin Cambio (Sidney’s Candy) el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G 1-1000 m), el día del doblete de Grupo 1 del Picante, su jockey, que lo había iniciado con Tan Gritona. La noche de Palermo brilló hasta el final.
