¿Qué cambió?... Muy poco.
Mantuvo una base para las distintas jugadas acorde con la realidad económica del país y fijó horarios más razonables luego de haber recuperado la iluminación. Simple y mucho de sentido común.
Así pasó de recaudaciones que no llegaban a los $ 40 millones, a superar los $ 50 millones en más de una ocasión. Por ejemplo, el martes 14 de junio facturó $ 55.091.021 con promedio $ 4.237.770 en 13 carreras. El jueves 9 de junio habían ingresado $ 44.984.471 -$ 3.460.343 para cada una de las 13 competencias- y el domingo 12 reunió $ 45.151.318 -con distribución de $ 3.762.615 en 12 carreras-. En tanto, este último sábado 18 sus ingresos treparon a $ 55.079.205, pero el promedio se desplomó a $ 3.442.450 con un programa de 16 cotejos.
Las conclusiones son siempre las mismas y vaya a saber por qué algún sector de la dirigencia no quiere verlo o… en realidad intuimos por qué lo hace.
Los aficionados argentinos “dicen” todas las semanas que los días de La Plata son los martes y los jueves. Los sábados en el Bosque resultan un lastre para la actividad que resigna alegremente entre $ 20 y $ 30 millones por jornada.
Los domingos son un martirio para casi todos por el deficiente sistema de captación de apuestas y un evidente cambio en los hábitos sociales en los centros urbanos.
Sin ir más lejos, este domingo 19 Día del Padre lo sufrió San Isidro, que vendió boletos por $ 57.927.376, lo que arroja un promedio por carrera de $ 4.137.669 para las 14 pruebas disputadas. Con una programación muy atractiva integrada de varias competencias para productos de 2 años, otras tantas para tresañeros de relieve, y un handicap respetable en la milla, apenas se jugó levemente por encima del miércoles 15. En aquel día entre semana, con un programa dominado por cotejos alternativos, la “reca” fue de $ 63.382.767, con una media $ 3.961.422 para 16 carreras. El último viernes feriado 17 de junio -que a los efectos de la vida social operó como un “falso sábado”- los aficionados dejaron en ventanillas $ 76.853.330, que representa $ 5.123.555 por cada una de las 15 pruebas.
En Palermo el panorama no es muy diferente en cuanto a la dinámica y preferencias del público. El domingo 5 de junio con “Un Día en las Carreras” el circo porteño vendió $ 75.076.469, que implica $ 5.775.112 para las 13 carreras corridas. El promedio por competencia fue similar al del viernes 3 cuando con apenas 10 carreras se jugaron $ 57.530.952, a razón de $ 5.7530.095 por prueba. En tanto, el jueves 16 Palermo redujo su participación por carrera a $ 4.754.407 para terminar las 12 competencias en $ 57.052.884. Y el último lunes tuvo su mejor día por lejos con $ 74.563.892 y un promedio de $ 6.213.657 en una docena de cotejos. Fue una reunión sin mayores incentivos, pero en día feriado y luego que la “grey” se había mantenido un tanto al margen el domingo. Otro punto a considerar en el caso de Palermo es que recibe entre un 10 y 12% de juego proveniente del commingle.
Cabe aclarar que estos datos surgen de la información oficial y se asume que no hay ningún artilugio para modificarla en un sentido u otro. Los hipódromos no dan más detalles sobre su conformación.
Volviendo al punto central, habiendo tantos hombres de negocios en la actividad llama la atención que no se atienda lo que demanda “el mercado”.
Los sábados en manos de La Plata significan una pérdida de ingresos para la actividad. Sus días más eficientes son los martes y los jueves, y si se repasa todo el año, luego le siguen los domingos. Para Palermo y San Isidro quedan el resto de los días; con lunes para el Centro, miércoles para el Norte y alternancia viernes, sábado y domingo (hoy el peor día de la semana para los circos centrales).
Cualquier otro esquema es perjudicial. ¿Y por qué se aprueban diagramaciones a pérdida?... tal vez porque no se viva de lo que se recauda, sino que cada vez estamos más refugiados en el bendito fondo o el esquema de contribución de slots.
Si se necesitara cada centavo para subsistir seguramente no se aceptaría que La Plata corra los sábados
Si se necesitara cada centavo para subsistir ni por asombro se organizarían programas en horarios insólitos y muchas veces en pleno tramo laboral un día hábil.
Si se necesitara de cada centavo para subsistir seguramente días especiales en los que las familias se reúnen entorno a una mesa el inicio de las reuniones se alejaría de los almuerzos.
Si se necesitara de cada centavo para subsistir seguramente se procuraría por todos los medios que cada aficionado tuviera a su mano un lugar donde participar de la reunión hípica.
Si se necesitara de cada centavo para subsistir seguramente se le daría comodidades y buen trato a quienes eligen ir a los hipódromos.
Si se necesitara de cada centavo para subsistir se analizaría mucho el sistema de apuestas y sus bases.
Si se necesitara de cada centavo para subsistir seguramente todas las instituciones estarían ocupadas en aportar soluciones y propugnarían que se potencien los ingresos para el bienestar de sus representados.
Si se necesitara de cada centavo para subsistir cada decisión no sería por caprichito o por interés particular sino por bien del conjunto.
Cuando no se necesita de cada centavo para vivir las alertas se ignoran, se ningunean… o peor… se advierten tarde.