La historia del entrenador chileno Marcelo Polanco con los caballos argentinos no empezó a uno u otro lado de la Cordillera de los Andes, ni lleva muchos años. Más bien, su origen está catorce meses atrás, cuando un grupo de caballos del stud Pozo de Luna, propiedad del mexicano José Cerrillo y radicado en la Argentina, entre los cuales estaban Blue Stripe (Equal Stripes) e Irideo (Easing Along), fue llevado a su stud de Santa Anita Park, el principal hipódromo de California.
“Blue Stripe llegó por Ocala [Florida] y luego la llevaron a Los Ángeles conmigo. Se adaptó bien, llegó en mayo del año pasado para correr la Breeders’ Cup. Quisieron llevarla con tiempo”, recuerda Polanco. La yegua argentina, que había adquirido el derecho de una gatera en el Distaff al ganar el Gran Premio Criadores (G 1) se mantuvo bajo las órdenes de Nicolás Martín Ferro y con la mirada de Polanco hasta la carrera de la serie internacional, en Del Mar, en la que finalizó 7ª. Ninguno de los dos profesionales ahorró elogios hacia su colega en un trabajo que incluyó periódicos viajes de Nico para seguir los movimientos de la yegua.
Después, Blue Stripe se impuso en el Santa Margarita Stakes (G 2-1800 m) y fue 2ª en el Santa María Stakes (G2-1700 m), su última actuación, y volverá a competir el fin de semana próximo.
Irideo, que acaba de obtener su primer triunfo en los Estados Unidos en el Wickerr Stakes (1600 m-césped), en Del Mar, hizo un camino más pedregoso hasta esta actuación. “Irideo llegó a la carrera en buena forma. La anterior, en Santa Anita, en 1300 m, le sirvió; entró 2° a medio cuerpo. Me lo trajeron el año pasado, en mayo. Tuvo un pequeño detalle en un tobillo, así que le dí tiempo. Tuvo una recuperación rápida, pero preferí darle tiempo”, recopila el cuidador.
“Entonces reapareció en Santa Anita en 1800 m, una distancia más extensa, porque si no, debíamos esperar un mes más para su debut en los Estados Unidos”. Eso fue el 16 de abril. “Lo montó Mike Smith continúa Marcelo- pero lo puso en la punta. No le gustó al caballo además de que de todas maneras no era su distancia”. El consagrado Smith, el jinete más ganador de la Breeders’ Cup, el jockey de Zenyatta, hizo la suya, pero el chileno no carga las tintas sobre eso, pese a que el Millero del Año en 2019 en la Argentina terminó 7° entre siete.
EL APETITO DE IRIDEO
En la siguiente, Irideo bajó de tiro, como para tomar confianza. “Corrió muy bien en 1300 pero se intimidó al correr por dentro”. También, la forma del trazado de césped en un tramo pareció desorientarlo. “Es como que si bajaran de una montaña. Creo que es el único hipódromo que tiene una pista así. A la izquierda hay un cerrito, incluso pasan un pedacito por la pista de tierra, antes de entrar en la recta”. Polanco describe así el “downhill”, como se denomina ese circuito en Santa Anita. En el tramo más “convencional” de la pista, Irideo descontó y cruzó el disco 2° a medio cuerpo. “Para esa carrera estaba afilado, con un apetito increíble”.
Así, el hijo de Easing Along quedó listo antes del Wickerr, donde tuvo una espectacular atropellada y una notable conducción del jockey chileno Héctor Berríos, que está radicado en el estado de Florida y se trasladó a California para la temporada de verano. “El plan que conversamos con Fernando Fantini fue que como tenía posición 1 de largada debía correr de atrás. La atropellada fue increíble [siempre por los palos], pero un rival se cansó y se quedó en la baranda; Irideo no se achicó y pasó entre dos”. Fantini es el director de Pozo de Luna.
De familia de preparadores en Chile, Marcelo Polanco nunca entrenó en su país. “Mi abuelo, mi padre y mi hermano mayor, Pedro Polanco me precedieron. Pedro fue a San Isidro a correr un Carlos Pellegrini y en Chile, ganó el Clásico Ensayo (G 1) con un caballo llamado Pel y muchos clásicos, era como mi héroe”, cuenta. “Yo llegué a los 16 a Estados Unidos, venía a estudiar, pero a los dos días me fui al hipódromo y mi cuñado, Eduardo Inda, me inició en la hípica norteamericana”.
EDUARDO INDA, UN GRAN RECUERDO
Pone en pausa el relato el recuerdo que trae Marcelo. Saca del foco por un instante. El turf argentino conoció muy de cerca a Eduardo Inda, esposo de su hermana Mónica, que fue el gran asistente de Ron McAnally en los tiempos de Bayakoa y Paseana, un profesional que no tuvo dudas en decirle a este cronista argentino hace muchos años que Bayakoa fue el mejor caballo de carreras que conoció. Y conoció muchos. De ese tiempo, Marcelo recuerda también su gran relación con Pepe León, el socio de Ignacio Pavlovsky cuando llenaron de cracks argentinos el establo de McAnally. “Eduardo se independizó luego, ganó muchas carreras. Tuvo a Riboletta, campeona aquí”, completa. Eduardo Inda falleció el año pasado.
HOY VUELVE A CORRER BLUE STRIPE “Blue Stripe anda bastante bien. La trabajé el viernes 29; hizo un ensayo muy bueno de 1000 en 59 2/5, y 7 furlongs -1400 m- en 1m29, por afuera... Ahora sólo la tengo que tener contenta”, comenta Polanco, y explica por qué: “Corre el sábado próximo - hoy - el Clement Hirsch (G 1-1700 m-yeguas) aquí en Del Mar”. El entrenador dibuja a la distinguida con el Pellegrini a la Mejor Yegua Adulta de 2021, como “dócil, fácil de correr, no da problemas; en la anterior sólo se le rajó un casco –cuando quedó 2ª-, hizo una carrera muy decente”. Y resalta que “Irideo se ha tranquilizado, aunque en la penúltima me hizo algo de show, porque se demoraron un poquito para largar, pero cuando lo meten en la gatera se tranquiliza. Cuando hay 12 caballos aquí entran el 1 con el 6, el 2 con el 12 y así. Lo bueno es que salió contento de la última carrera, sigue con un apetito increíble y la mano (aquel “detalle”) se ve muy bien”. De los seis caballos que Marcelo Polanco llevó a Del Mar desde Santa Anita, uno, Blue Stripe, buscará darle el tercer triunfo de Grupo 1 a su trayectoria como preparador.
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