En un lote en el que a prori parecía superior, el desafío para El Estelar en el Clásico Pedro Chapar (G3), su primer enfrentamiento con los adultos, era controlar su furia. Esa que en alguna ocasión le jugó en contra al potrillo de Mamina que entrena Miguel Cafere.
Pero Juan Cruz Villagra se ocupó y preocupó por contener al hijo de Il Campione que, aunque tironeó, hizo fuerza, corrió lo suficientemente relajado como para no quemar energías de manera temprana.
En la recta Villagra le fue cediendo libertad al zaino y eso le permitió desprenderse de su perseguidor Ojos Remoteros. La diferencia de aceleración entre uno y otro se hizo evidente, al punto que mientras Wilson Moreyra movía al perseguidor Villagra aún no le había dado rienda suelta a su conducido. Pero cuando lo hizo...
El Estelar volvió a dar espectáculo, logró su segundo éxito jerárquico y primero gradual, y lo que es más importante visó pasaporte para el Gran Premio San Isidro (G1) del 15 de octubre, donde sin dudas será una de las figuras convocantes.