El representante de Garabo hizo
valer su superioridad para postergar por 6 tantos a su escolta.
La prueba estelar del arranque de
semana en el hipódromo de Palermo fue el Clásico Eduardo Casey (G2), compromiso
que citó a potrillos de 3 años en recorrido de 2.200 metros, donde el
descendiente de Catcher in the Rye dominó con total autoridad a su oposición
para revalidar su enorme potencial.
Conducido por William Pereyra, el
zaino que entrena Juan Saldivia viajó en persecución de la velocidad la mayor parte
del trayecto, manifestando mucha comodidad en su desplazar para esperar el
momento oportuno en el que se echara a correr. Esto ocurrió metros después de
ingresar a la recta definitiva, cuando el nieto de Johannesburg aceleró el
ritmo por carriles externos para asumir el liderazgo definitivo de la situación
y comenzar a estirar diferencia irreversible sobre sus víctimas, firmando la
sentencia sin contemplación alguna para responder a lo que sus allegados
esperaban: adaptarse a la perfección al fondo.
En crono legal de 2’16”06c, el
nacido y criado en El Chañar cristalizó su tercer lauro luego de seis
actuaciones y el segundo en el ámbito gradual, quedando más que preparado para
asumir el desafío en el Gran Premio Nacional (G1) donde seguramente deleitará a
la afición con su puesta en escena para afianzarse como uno de los mejores
exponentes de la actualidad.