Una de las pruebas estelares de la reunión sabatina del hipódromo de San Isidro fue el Gran Premio Copa de Oro (G1), compromiso que enfrentó a caballos de 4 años y más edad en recorrido de 2.400 metros. Allí el campeón fondista que desciende de Fortify conquistó su sexta dorada de manera consecutiva para afianzarse como el mejor caballo maduro de la actualidad, elevando la relevancia que representa para la fanaticada hípica.

Con la orientación de Francisco Goncalves, el zaino que entrena Rubén Quiroga se desenvolvió en persecución de Dalbornell, marcándolo desde cerca para no dejar nada librado al azar. Así se mantuvo hasta que al desembocar la recta definitiva aceleró el paso con el objetivo de apoderarse del comando, concretándolo con facilidad para dirigirse a la meta en franca ganancia hasta distanciarse del resto, proporcionando un galope de salud con total reserva de energías. ¡Máquina!

De 4 cuerpos fue la ventaja que el nieto de Dalhart estiró ante el de Ferré, deteniendo el Longines en 2’27”c en lo que fue su séptimo lauro tras 10 actuaciones.