La política de los hipódromos para colaborar con el objetivo puesto en el bienestar animal que el siglo XXI exige y que es notorio en la divulgación del tema que hacen empresas de los más variados rubros, va creciendo poco a poco, muchas veces en silencio y, como ocurre esta vez con Palermo, con un trabajo que lleva años. Algo que también vivió San Isidro en el proceso de avanzar con su laboratorio para situarse a tono con los centros hípicos más importantes del mundo.
El hipódromo porteño acaba de obtener una certificación en la extracción de muestras biológicas de los caballos que compiten allí, un dato no menor en un turf en el que las sospechas de trampas comienzan con la manipulación de las materias para análisis.
Este tipo de certificaciones las otorgan tres firmas en el mundo, una de ellas es la Organización Internacional para la Estandarización, reconocida por sus siglas en inglés, ISO, que establece normas de manejo para empresas que persiguen calidad en su funcionamiento. La ISO 9000:2015 que alcanzó Palermo se otorga cuando se llega a altos estándares de calidad, en este caso en los procesos de extracción de muestras biológicas a los caballos que compiten en su pista.
Según Federico Spangerberg, gerente hípico, este es “un proceso que comienza cuando se recurre a una consultora especializada en para preparar el examen en busca de la aprobación de todas las etapas del procedimiento de toma de las muestras, para cumplir con los requisitos de calidad”. El directivo detalló que la consultora señala lo que se hace bien y lo que debe hacerse desde que finaliza la carrera, para luego postularse para la certificación.
Palermo puntualizó en una comunicación de prensa que “durante la auditoría se verificaron todos los procesos de extracción y resguardo de muestras para análisis antidoping” y destacó la higiene de los sectores de extracción y la protección de la cadena de frío. En la nota se cita a Ricardo Campodónico, jefe del Servicio Veterinario, que subrayó que los “lineamientos aprobados” están destinados a ofrecer “la mayor seguridad y transparencia”.
El del doping es uno de los aspectos más notorios de la preservación del bienestar animal, que en el caso del Argentino va en consonancia con las últimas sanciones aplicadas a jockeys que abusaron del empleo del látigo, como las que recibieron Juan Cruz Villagra y Juan Pablo Paoloni. Mejorar la imagen de las carreras en tiempos de alto grado de conciencia de los malos tratos en las sociedades es una cuestión inevitable, sobre todo si se busca expandir la base de sustentación de un espectáculo como el turf.
Como dicen en la Federación Internacional de Autoridades de Carreras de Caballos (IFHA), medidas como estas “no ganan carreras”, pero apuntan a un valor intangible que, como mínimo, permita sostener la fidelidad de todos los actores de la hípica, sobre todo la del público. 
 
Llegó el fondo de reparación
 
Había inquietud en los entrenadores y propietarios por la demora del Estado bonaerense en girar los fondos de los bingos y slots para San Isidro y La Plata. El atraso, de 42 días según el cronograma, llegó hasta este lunes. Así, el hipódromo del Jockey Club abonará los premios hasta la reunión del 14 de diciembre, y a partir del sábado liquidará el resto de ese mes.
“El atraso suele darse por una cuestión estacional; en La Plata quedaban pendientes las reuniones de 3 y 5 de enero, que van a empezar a pagarse hoy (por el martes 31)”, apunta Bernardo Lalanne gerente del hipódromo platense. El directivo recordó que los hipódromos que reciben el aporte, además del Bosque, -Tandil, San Isidro, Azul y Dolores- pueden rendir el reparto sin la burocracia a la que están obligados en el Sur y puso de relieve que nunca se dejaron de pagar beneficios como la monta perdida.
“Estamos bastante bien; veníamos de 68 días de demora y hoy pagamos a los 30 días”, aseguró Lalanne.