Quisimos entrar en la charla con Victoria y Pablo Duggan por un costado distinto, casi futbolístico: ¿Cómo hicieron para ganarle a Firmamento? Pablo, serio, respondió: “Bagó (Juan Carlos) tuvo unas palabras muy simpáticas hacia Victoria cuando recibió un premio Pellegrini y dijo ‘por ahí es la última estadística que ganamos’. Fue emocionante y antes de terminar el año llamaron para felicitarnos. Creo que es un lindo ejemplo el de Bagó. Los haras nos complementamos muchas veces en los pedigrees”.

Victoria dice, en el mismo sentido: “Firmamento publicó unas palabras muy lindas”. Los dos rehuyeron cualquier atisbo de rivalidad de unos contra otros en la cría de caballos de carrera. Pablo sí opina sobre dónde empieza a ganarse la estadística: “Por un lado está el campo. Estamos con Victoria hace 40 años juntando yeguas desde un tiempo en el que los haras no vendían y tenías que hacer tu propio plantel de madres”. 

Y luego se mete en un punto interesante en El Paraíso: la cantidad de yeguas. “Hace unos años escuchabas que las yeguas de El Paraíso eran más o menos, que teníamos muchas, pero se trabajó muchísimo guardando, seleccionando y aprovechando los buenos padrillos. El 80% de las madres son Intérprete, que junto con Sebi Halo nos trajeron genéticas muy buenas; si las mirás desde afuera quizá no le das el valor que tienen, pero son muy buenas” enfatiza Pablo. 

-Está claro que no hay un problema de sobrepoblación.

-No, no es un tema de cantidad; sí nos guardamos todas las yeguas, ni siquiera vendimos las buenas. La única que vendimos fue La Soberbia a Estados Unidos en un momento en que lo necesitábamos; después todas las hijas de Intérprete -111 ahora- las coleccionábamos como si fueran figuritas y las Sebi Halo también. La yegua que entra de madre debe morir acá.

Victoria: “Todas tienen su sector del arroyo para cuando se ponen viejas y las mejores pasan de madrinas, a cuidar lotes de potrancas, deben ser 40 o 50. Está La Ñacaniná, que debe tener 25 años”. (Una gloria la madre del bueno de Lawson, al que parió a los 22 año. Reaparece el lunes en Palermo ). Son unas 300 las yeguas madre en total en el campo de Capitán Sarmiento, entre propias y de Triple Alliance y otros criadores.

La filosofía de El Paraíso es clara. “No es el mejor negocio hacer un haras si uno quiere ganar plata; te da más plata si hacés soja. No digo que no puedas tener ingresos criando pero si gastás el capital genético te quedás sin lo más importante. Los momentos más difíciles los bancamos no gastando, ahorrando en todo. Lo único que entraba se lo pusimos a los caballos, que estuviera bien la gente que trabaja acá. Somos austeros. Cuando hubo un peso lo invertimos comprando alguna yegua, o un padrillo, acomodamos alambres, arreglamos las casas de la gente… lo que nos gusta es esto”, reafirma Victoria.

Pablo redondea: “Para ganar una estadística se alinean muchas cosas. Más del 90% de los premios ganados por crías del haras es de caballos vendidos. Hemos hecho una especie de club en el que el cliente participa y con el que tenemos una relación muy cercana, disfrutamos con ellos los triunfos, sobre todo con la gente del Interior, como sucedió con Labrado y Luthier Blues”.

-¿El éxito de Il Campione es gracias a El Paraíso?

(Victoria) -Yo creo que son las dos cosas. Hay que tener la suerte de que el caballo tenga condiciones, después darle todo lo posible, y en eso trabaja todo el equipo. Todo el haras trabaja para darle las mejores oportunidades a cada padrillo.

Il Campione había adquirido fama en Chile, con una gran campaña con los colores del futbolista Arturo Vidal, y luego fue vendido a los  Estados Unidos: “Lo compró John Berendt aún en training. Lo elegimos con John y empezó como padrillo en El Paraíso, no estuvo en otro lado. Por suerte todavía Scat Daddy -su padre- no tenía el éxito que tuvo después. Si no hubiera sido así, no lo podríamos haber traído”, cuenta Victoria.

Pablo: “Nos gustó la campaña. Cuando vimos las carreras... es un fondista con un golpe de velocidad tremendo”. Los haras Santa Inés, San Benito, Cañada Negra, Tres Jotas se asociaron con derecho a un servicio por año de por vida, no con acciones.

Victoria: “Los cuatro padrillos probados de El Paraíso están entre los 15 primeros de la estadística: Il Campione (1°), Le Blues (3°), Angiolo (8°) y Master Of Hounds (15°). La relación con John Berendt había comenzado con Incurable Optimist. “Nos lo ofreció después de retirarlo y John ya tiene 80 yeguas acá. No cría en otro lado. Triple Alliance, la cabaña propiedad del estadounidense, terminó 15° en la estadística”.

Strategos, Mutasaadir y Springdom completan el roster de El Paraíso; Incurable Optimist está más allá de todo: “Tiene 26 años, en 2022 sirvió tres yeguas y las preñó”, dice Victoria, divertida.

Patricio Duggan, hermano de Pablo, es un nombre orquesta en la cabaña; el que organiza los remates en el Interior, donde se vendieron, por caso, Luthier Blues y Labrado. “Todo el año tenemos visitas, todos los días. Patricio los atiende a todos. El respeto al propietario es una cosa que cultivamos y valoramos muchísimo”, destaca Pablo, y sigue: “El haras es un orgullo y una responsabilidad. Hay 100 personas trabajando, con sentido de pertenencia”. El ejemplo es Regino Riquelme, que fue peón, estuvo en la cuida muchos años, trabajó 60 años con el padre de Victoria, Ernesto Pueyrredon una familia que tiene a Juan Martín de Pueyrredon y al artista Prilidiano entre sus antepasados Vicky.  

Hace muchos años, la idea sobre Firmamento era que en cuanto acertara con padrillos empezaría su mejor y más brillante etapa y así fue. No se sabe qué pasará con El Paraíso, que ganó la segunda estadística de su historia, después de la de 1964, pero también aquí las convicciones son un puntal.  

Quedaron un montón de detalles en el tintero, cosa que pondrá muy contento al bajo perfil de Victoria y Pablo Duggan.