El broche de oro de la gran jornada palermitana lo puso la velocista uruguaya Girona Fever, que cruzó el charco en busca de la gloria y la conquistó al derrotar por la cabeza al favorito Labrado en el electrizante final, con reclamo incluído, del Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1).

Obligada a correr por el medio de la cancha pese a que largó de una de las gateras más externas, Federico Píriz le armó a la campeona velocista uruguaya una atropellada que prosperó cerca del disco, allí cuando la zaina del stud Uruimporta dio cuenta del favorito Labrado por la cabeza y tras 53" 80c.

Wilson Moreyra, jockey de derrotado, reclamó contra la ganadora, pero el pedido fue desestimado por los jueces que, como la gran mayoría, advirtieron la intención del jinete cordobés de ir a buscar a su rival para cortarle la atropellada.

Tras 15 victorias en 17 salidas en Uruguay, Girona Fever cruzó el charco para conquistar la gloria y lo consiguió al derrotar, en su primera salida sobre un recorrido recto, a uno de los mejores velocistas de Argentina. 

El canto de los aficionados uruguayos "Soy de la celeste, de la celeste yo soy" fue la música de fondo de una jornada extraordinaria que tuvo de todo.