Si bien se impuso por un margen bastante menor al del estreno, Siriri Pampa ratificó la excelente imagen que había brindado al dar sus primeros pasos y se quedó con el Clásico General Lavalle (G3-1000 metros), la primera de las dos pruebas jerárquicas programadas por el Hipódromo Argentino para el primer viernes de junio.

Hubo algo de suspenso en el final, ya que Gonzalo Borda, jinete del vencedor, abrió la línea de su conducido hasta la verja y Cristian Velázquez, jockey de Aczino, el escolta del ganador, reclamó. Pero esa protesta no tuvo asidero y el representante de la caballeriza J.A., de Santa Rosa, La Pampa, mantuvo su invicto.

La carrera fue violenta desde el vamos, Borda puso adelante al pupilo de Gabriel Monteagudo y lo fue abriendo a más de media cancha, mientras por dentro intentaban darle batalla Arellano y Sewelo.

Sin mayores exigencias, el potrillo criado en el Haras Alborada mantuvo la delantera durante todo el trayecto, hasta que en los 150 decisivos lo fue a buscar en potente carga Aczino, que venía bien abierto. Y en el cierre el ganador se abrió un poco, pero lo hizo con luz, sin molestar.

El reclamo no empañó el segundo triunfo de Siriri Pampa, que en la línea de sentencia, a la que arribó en el muy buen registro de 54”71/100, estableció un cuerpo y medio de distancia con su escolta, quedando tercero a dos largos más Quiere Venganza, otro que ganó terreno en el epílogo.  

“Esta vez fue un poco más complicado que en el debut. Es un potrillo que se pone serio ni bien se abren las gateras y va para adelante, pero al final se le arrimaron un poco. Igual, todavía le falta mucho por crecer, tiene un gran futuro”, señaló Gonzalo Borda, tras la competencia.

Y el futuro inmediato puede llegar a encontrarlo protagonizando las Carreras de las Estrellas, que se desarrollarán este mes en el césped de San Isidro. No extrañará que sus propietarios apunten el Junior Sprint, más allá que el hijo de Seize aún no haya pisado el césped. En breve se sabrá.