El último
incidente de carrera en un clásico, que generó reclamos y, como siempre,
diferentes opiniones, se dio el lunes, cuando el propietario de Le Decían,
clasificado tercero de Labrado en el Clásico Paraguay (G 3-1000 m), reclamó por
lo que ocurrió en la largada, donde el favorito apiñó a varios rivales al salir
hacia su izquierda, entre ellos a aquel defensor del stud Va y Viene, que luego
cruzó el disco con ¾ de cuerpo de diferencia ante El Porfeado, uno de los pocos
competidores que no sufrió contacto alguno por la suerte que tuvo de haber
ocupado una posición de salida externa.
Suele ocurrir que
estas situaciones cobran mayor dimensión cuando se trata de un clásico y hay un
protagonista como el elegido Mejor Velocista de 2022 tras épicos duelos con
Luthier Blues, dueño del mismo título un año antes. Se oye de todo, las teorías
son de lo más extrañas, desde que no se debía sancionar a un caballo después de
que tan multitudinaria premiación, hasta que se debe entender que “es un
caballo nervioso y siempre tiene un trauma en las gateras”. Pasando por lo
laxas que son las reglas para ser aplicadas en las largadas o que debe
observarse el resultado de la carrera para saber cuán perjudicado resultó uno
de los escoltas. Para alguna voz autorizada que se escuchó el lunes, lo que
ocurrió debió terminar en una decisión que era fácil de tomar. Y no se tomó.
La infracción
existió, es un dato objetivo, aunque se descuente que no hubo intención en
Wilson Moreyra de causar semejante desbarajuste. La entrenadora María Fernanda
Álvarez recordó que, en 2018, Expressive Smart, dirigido por Francisco Gonçalves,
fue distanciado al cruzarse y desplazar a Moeche, con Pablo Falero, en la
suelta del Clásico Irlanda (G 3). Este caballo había finalizado 4° y pasó al 3°
tras el fallo de una carrera en la que se quedó con el primer puesto Fondo Fijo
(Ver en Youtube https://youtu.be/r2FDon72xEU).
Para María no correspondía sancionar a su increíble velocista -que acaba de
obtener su 15° triunfo el domingo, en San Isidro- y tampoco a Labrado, el
viernes.
El Reglamento
General de Carreras especifica que es facultad de las comisiones de carreras emitir
todo fallo ante los reclamos o decidir sus propias actuaciones de oficio. No
hay artículos que contemplen tal o cual infracción en una competencia ni sus
consecuencias. “Los casos no previstos en el
Reglamento, serán resueltos a mayoría de votos por la Comisión de Carreras, la
que está ampliamente facultada para adoptar todas las medidas que considere
conveniente para obtener la corrección y moralidad de toda la actividad que se
desarrolla en el Hipódromo”, reza el instrumento que rige las carreras.
La última edición de esta serie de normas para
el hipódromo de Palermo fue emitida por Lotería de la Ciudad de Buenos Aires
(LOTBA), desde luego que basada en un articulado precedente y seguramente tras
hacer consultas con los actores de las carreras de caballos, en especial
jockeys, entrenadores y propietarios. Y dice en otro apartado: “Los jockeys están
obligados a dar cuenta al Comisariato de las irregularidades causadas durante
el desarrollo de la carrera, inmediatamente después de haberse disputado, tanto
en el caso de haberlas ocasionado como en el de haber sido perjudicados en
ellas”.
Dos temas quedan
para próximas ediciones, la despedida de Miriñaque en la jornada de las Pollas
y el GP Gral. San Martín, el sábado 2 de septiembre, y la inminente reunión del
Comité Fiscalizador de Clásicos, en el que trabajan los handicappers de
Sudamérica para graduar el libro de los hipódromos de la región, un
cuerpo directivo que hoy preside Antonio Bullrich. Por lo pronto ya se sabe que
este será último año del Joaquín V. González como Grupo 1 y que otro clásico
platense, el Provincia de Buenos Aires (G 2), bajará a Grupo 3 el año que
viene.