Así como el turf
tuvo el buen tino de unirse como pocas veces, cuando una administración de la
Provincia de Buenos Aires puso en peligro los ingresos por el fondo de
reparación que surgían de las ganancias de las tragamonedas en bingos y casinos
del distrito, con el prejuicio a cuestas e ignorando -o no- que no se toca el
erario público, ahora la actividad está unida, involuntariamente, por un
problema común: el nivel bajo de los premios y la falta de trabajadores en los
studs y en el campo.
Cada vez que se
habla con un propietario, entrenador o criador, surge la cuestión de las
dificultades que se observan desde hace años para encontrar personal de
caballerizas. En este sentido, hubo una iniciativa que quedó trunca, cuando San
Isidro puso en marcha la Escuela de Artes y Oficios, que funcionó en un chalet
cerca del ingreso de A. Márquez con ayuda del Jockey Club y la intendencia del
distrito. “Arrancó un tiempito; creo que el lugar está alquilado ahora. La
escuela de jockeys funciona en nuestra sede. De entrenadores, no hay”, dice
Nicolás Ferro, secretario general de la Gremial de Profesionales del Turf. La
escuela estaba pensada para oficios como el de herrador y otros en los que también
podían insertarse quienes no alcanzaran los estándares para ser jockeys, por
caso, y quisieran permanecer en la actividad.
“Encontrar
personal no está fácil, como en ningún rubro; hay que saber algo de manejo de
un stud para empezar. Es un oficio que no se aprende de un día para otro”, detalla
Ferro, quizá bajando algo el grado de certeza de aquello que señala que el
turf, por tratarse de una actividad que puede absorber mano de obra no
calificada, tiene más a mano nuevos trabajadores.
Otra cuestión de
estos tiempos -de todos los tiempos, en verdad- es el nivel de premios,
enancado en la crisis de la economía del país y en los reclamos que
puntualmente hicieron conocer varios profesionales de Palermo. “El reclamo no
es sólo de ellos”, recalca Ferro, que hace unos días comunicó sobre las gestiones
de su sindicato ante las autoridades de los hipódromos, en especial las del
Argentino. “Por ahora no hay respuesta. Hablamos con Criadores también. Estuve
con Julio Menditeguy (su presidente), que basándose en la última planilla que
ellos compaginan y que publica PALERMO BLANCA, va a reclamar. Es bueno hacerlo
con todos, porque estamos con los mismos problemas. Lo que es distinto es la
urgencia de cada sector por actualizar los números, como queda claro. Vamos a
acompañar las medidas que se tomen. Se dijo que no queríamos tomar medidas, se
mezclaron las cosas”.
Al margen de que
se ponga el acento en que los objetivos se unifiquen, para Nicolás Ferro está
claro el camino. “Nosotros seguiremos y si no se soluciona, barajamos tomar una
medida de fuerza. En estos días publicaremos una convocatoria a asamblea.
Palermo es el que está más retrasado con lo que tiene que otorgar de acuerdo
con la ley; tiene los premios nominales por debajo y los compensan con los
bonos. La categoría 3 años perdedor en la milla es la referencia para establecer
pensiones y premios. La escala nominal de premios está 15% por debajo de la de
San Isidro; incluso La Plata podría pasarlo”.