Necesitaba un descanso Labrado (Le Blues) y vaya que le vinieron bien estos cuatro meses y medio sin competir. El pupilo de Ángel Bonetto volvió relajado al escenario de sus grandes logros y, curiosamente, entró a las gateras sin problemas, no salió como loco de movida y se fue poniendo de a poco para llevarse el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1-1000 metros), ese que se le había negado por muy poco el año pasado ante la campeona uruguaya Girona Fever (Texas Fever).

Mientras Marshall Patrol (Violence) y el renovado El Fruto (Il Campione) se movían de adentro hacia afuera y manejaban el trámite seguidos por un desconocido Arellano (Angiolo), Wilson Moreyra dejó más atrás al representante de la caballeriza Don Ariel y lo llevó hacia el centro de la cancha.

En los 400, mientras el gran favorito perdía fuerza y se iba para atrás, el criado por el Haras El Paraíso se ponía tercero y en los 200 emparejó para ir dominando paulatinamente hasta establecer medio cuerpo de ventaja en la línea de sentencia sobre El Fruto, al que la gente del Tres Jotas bajó de la media distancia a la recta con muy buen suceso más allá de la ajustada derrota. Tercero, a igual distancia, quedó en muy buena gestión Marshall Patrol al cabo de vibrantes 54”57/100 

“Largó bien, pero lo deje un poco porque la idea no era ir a buscar la carrera temprano. Pero cuando le pedí el resto en los 400, remató con mucha fuerza y ganó de manera muy linda. Ni sintió la reprise”, señaló el jinete ganador tras la carrera.

Fue la décima victoria de Labrado en catorce salidas a pista, la novena dentro del terreno jerárquico y la quinta de grado máximo. Se reencontró con la victoria tras casi medio año este zaino que recuperó la corona de los veloces merecidamente. Nunca bajó del podio, redondeando hasta el momento una campaña espectacular.