Parece que es imposible ganarle a Labrado (Le Blues). En los 400 finales del Clásico Paraguay (G3-1000 metros) el pupilo de Ángel Bonetto venía atrás de varios caballos y había uno que atacaba fuerte por afuera de todos, pero Wilson Moreyra volvió a sacar lo mejor del representante de la caballeriza Don Ariel, de La Punta, y lo volvió a guiar a la victoria.

Como en sus dos presentaciones el criado por el Haras El Paraíso se mostró dócil en gateras y salió limpio, aunque hacia adentro, mientras Arellano (Angiolo), que picó fuerte desde adentro y se fue a mitad de cancha, Marshall Patrol (Violence) y El Fruto (Il Campione), ambos más afuera, manejaban el ritmo de la carrera.

De a poco se fue poniendo el campeón y cuando dominó el representante de la caballeriza Rubio B. lo fue a buscar por dentro, mientras Ser Sincero (Fortify) trataba de encontrar un hueco por afuera. En los 150 pasó de largo el campeón y en el final se bancó la arremetida del pupilo de María Fernanda Álvarez, que lo escoltó a la cabeza en 54"80/100. Tercero, a dos cuerpos, finalizó en gran labor Marshall Patrol.

Fue la duodécima victoria en 16 salidas para el nieto de Sebi Halo, la undécima dentro del terreno jerárquico. Ganó este cotejo por tercer año consecutivo y ya no quedan adjetivos para calificarlo. Es un crack con todas las letras y a los 5 años parece imbatible, más allá que esta vez le costó.

Párrafo aparte para el Haras El Paraíso y para el padrillo Le Blues, que sumaron su cuarto Paraguay (G3) consecutivo después de ganarlo con Luthier Blues en 2021.