Colifato Novo perdió su invicto en su primera visita a Palermo, haciendo su propio juego, el de sus cuatro conquistas previas sobre el césped de San Isidro. Esto es, salió a beber vientos, con su jinete y entrenador, Joaquín Cano, buscando rivales. Pero en esta ocasión el puntero no se pudo desprender de sus perseguidores, y esto producto de que los jockeys que venían atrás, entre ellos los de Giustino y Nooresh comenzaron a exigir temprano a sus conducidos con el objetivo de que el de adelante no se les disparara.

Pero eso no ocurrió esta vez, enseguida Giustino y Nooresh tomaron contacto con el vanguardista y rebasaron su línea, para a partir de los 300 reducir la definición a un emotivo mano a mano. Ahí entró a tallar el rigor de los jinetes. Y se sabe, al jockey que le toca definir una carrera con Eduardo Ortega Pavón tiene que ganar dos veces. Es que el rigor del paraguayo es una marca registrada que le permitió ganar infinidad de carreras.

Y aunque William Pereyra lo dejó todo sobre Nooresh, "Orteguita" pudo más y por eso Giustino cruzó con la cabeza al frente. Los aplausos, por supuesto, se los dividieron en partes iguales como el premio a tanta entrega de parte del ganador y el vencido. Después de amagar con participar de la definición, Descamisado alcanzó en el final un meritorio tercer puesto.

Ganó Giustino, conservó el invicto en sus tres salidas palermitanas y confirmó su perfil de buen potrillo. Ahora es tiempo de festejos. Ya tendrá tiempo José Luiz Correa Aranha, entrenador del hijo de Full Mast, para pensar en el que debería ser su próximo desafío, el Gran Premio Jockey Club (G1), lo que significará su primera salida en el césped de San Isidro, y cita ineludible para el ejemplar que ganó el primer pase de la Triple Corona.