Es atípico ver a “centennials” abocados al universo de las carreras de caballos. Suele ser una generación con muchos cuestionamientos con respecto a la protección animal y los cuidados que se les dan a los atletas equinos en este deporte, pero Agus, quien prácticamente tiene toda la vida alrededor de ellos, sabe de qué se trata realmente.

 Ya con el conocimiento pertinente y la curiosidad a flor de piel, comenzó a adentrarse por cuenta propia con el proyecto de sus colores, por supuesto, siempre con el apoyo familiar, logrando volver después de una pausa de varios años. 

La Vida Es Bella 

 Qué lindo nombre para bautizar a las sedas que te representen. Permite pensar en el aprecio de lo simple, de lo cotidiano, pero también de lo sustancial. Además, puede trasladar a las escenas de la obra maestra dirigida por Roberto Benigni… “La vida es mejor junto a los caballos, junto a la familia. Hicimos nuestros colores y volvimos en 2019. Quise aprender a cuidar y fui a lo de Juan Udaondo para que me enseñara, pero al final decidí iniciar la facultad. Fue creciendo el stud y cuando notamos que ya teníamos a varios caballos, determinamos registrar la caballeriza”, recalcó Agustina. 

 Primera victoria con su proyecto 

Podemos ver a Agustina en el recinto de vencedores con distintos colores porque forma parte de otras sociedades, pero La Vida Es Bella es esa aspiración propia que desea perdure durante los años, y cuando se sacó la foto con la chaquetilla cereza y blanco por primera vez, la sensación sí que fue distinta… “No ocurrió hasta el 2022. Era un mar de lágrimas de emoción. Debutó ganando Keino, y desde ese momento incrementó la ilusión con el caballo. Cuando ganás se te vienen un montón de pensamientos a futuro que están buenísimos. El sueño de obtener un G1, llenar la pared de cuadros, los muebles de copas… Era el regreso de mi familia a las carreras por mi insistencia y lo registro como un día único”, enfatizó Tassitani. 

La cría 

Con el acercamiento que tiene con la actividad y la afinidad de la profesión que eligió con el universo que rodea al SPC, se le fue abriendo el abanico de posibilidades, y también incursiona en la crianza. “Me fascina. He criado a varios, a pulmón, aprendiendo a la par de todos. No es nada fácil, pero siempre con la disposición y la pasión se puede cumplir con los objetivos. Algunos ganaron, otros están por debutar… Verlos nacer, crecer y apreciarlos correr, es algo que me mueve mucho. Sacar un caballo bueno de los criados propios sería una satisfacción tremenda. Estoy criando a un potrillo que recién cumplió un año y le tengo mucha fe. Mínimo con que gane una carrera me haría feliz, sin importar la categoría. Estuve en todo su proceso y es una locura”, comentó la joven entusiasta. 

La confianza y la comunicación consolidan cualquier tipo de relación, y es esa la que tiene con el grupo de entrenadores que cuida a sus consentidos. “Estamos con Alfredo Gaitán, Edgardo Traba y Rubén Díaz. Nos va bien con todos. Son personas que conocemos desde hace muchos años, de confianza. Eso es clave en esto. Los cuidan como si fueran propios y me genera mucha tranquilidad saberlo. Hay varios para debutar y siempre se renuevan las ilusiones”, afirma la propietaria. Además, agradece sobremanera a todo el personal de trabajo, tanto al del campo como al que acompaña a los trainers en sus funciones. Keino y Kelly Rose Propios hermanos, y ambos ganaron en el debut, lo que significa una conexión por demás especial para Agustina. “Ojalá que con Kelly nos toque algo grande, más porque tiene mucha relación con Keino, que fue el caballo que le dio el primer triunfo a La Vida Es Bella. A Keino lo quiere la gente que me sigue en Instagram, me preguntan por él como si fuera un famoso”, señala Tassitani. 

El objetivo 

Hay múltiples carreras que cualquiera quisiera ganar, y en el top está el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1), que también es significativo para Tassitani. “Me gustaría ganar el Pellegrini. Es un sueño grande pero no imposible. Me encantaría poder lograrlo. De todas formas, creo que cualquier carrera de G1 para mis colores sería suficiente. Ver la chaquetilla, al caballo, sentir la ilusión, que se genere la expectativa…”, agrega que esa meta sería gratificante cumplirla con “Pipi” La Palma como jockey. “A Martín lo quiero un montón. Se merece ganar un G1 y me encantaría que sea con un caballo nuestro. Se dieron las oportunidades de competir, pero bueno, hay ejemplares que muchas veces son superiores. Siempre elegiría a La Palma porque es un chico con muchas condiciones, capaz le faltan más oportunidades. Conoce a mis caballos desde que nacieron y hay confianza. Hoy por hoy nos quedamos con él”, resaltó Agustina. 

 Actualidad del turf 

Como todos los que amamos con fervor esta actividad, Agustina desea que tenga más visibilidad. 

“Tendríamos que difundirla más para tratar de llegar a otro público. Decayó con los años. Hay entes pertinentes que deberían meterse más a fondo para promocionar las carreras de caballos y que lleguen a un sector distinto, porque mayormente, los que estamos, venimos de generación en generación, y si no queremos que esto muera con el transcurrir de los años, debemos trabajar para potenciarlas. Hay que aprovechar las herramientas de fácil acceso, como las redes sociales”, subrayó Tassitani. Concepto y percepción “Siempre me hice respetar y es lo importante. No me gusta que subestimen a los jóvenes por tener poca experiencia en esto. Se trata de aprender y proponer nuevas ideas. Estaría bueno que fueran escuchadas y aceptadas. Las generaciones y el mundo cambian. La tecnología avanza y todo eso hay que tenerlo en cuenta. Hay que adaptarse, reinventarse, buscar nuevas alternativas… ser un poco más abiertos”, señaló la propietaria y cerró: “Admiro mucho a María Cristina Muñoz y también me gustaría ser reconocida por mis logros en mi profesión. Cada vez somos más mujeres y entre todas debemos acompañarnos”.