La yegua de
Atilio Viejo superó a Sweet Mana por ¾ de cuerpo tras luchar desde los 300.
“Ay caballito querido, esta te pido nomás…”, cantaba el gran Horacio Guarani, y algo similar le deben haber cantado sus allegados a la yegua Flor De Benicio (en este caso a la estrofa de la canción habría que cambiarle el género) antes del Handicap Fin de Año, de la que la de la caballeriza Atilio Viejo, de Azul, terminó adueñándose sobre los 2000 metros de San Isidro.Y no le regalaron nada a la pupila de Carlos Cardón. Ni siquiera una suelta normal. Porque en el momento que el starter les dejó el camino libre el auxiliar que la tenía de la rienda se quedó agarrado una fracción de segundo, y la hija de Lingote de Oro criada por Hs. El Angel de Venecia salió de cabeza torcida. Por suerte la zaina contó con un jinete hábil que ni se inmutó por el percance y a los pocos metros ya la traía en carrera como si nada hubiese pasado.
Corrida de menor
a mayor Flor De Benicio arremetió con fuerza en la recta y en los 300 se trenzó
en una apasionante pulseada con Sweet Mana. Pero parecía escrito que era esta
vez o nunca que la conducida por Goncalves debía responder a ese perfil
jerárquico que su entorno sabía que tenía, pero el que la yegua no había podido
exhibir en un par de salidas en ese nivel.