El Gran Premio Montevideo confrontó a potrillos de 2 años en recorrido de 1.500 metros, donde el descendiente de Violence brindó una demostración resaltante, para imponerse con total autoridad bajo las órdenes de Rodrigo Blanco.
El entrenado por Lucio Martín Pera que venía de ser parte en la definición del Clásico Santiago Luro (G2), demostró su evolución entre un compromiso y otro para adjudicarse, por el momento, su primera competencia de jerarquía. ¡Y de qué forma!
Se movilizó expectante por detrás de la velocidad, siempre pisándole la sombra a los líderes. Al ingresar a la recta definitiva, arrancó por líneas externas, y al promediar los 400 finales se adueñó del comando para afianzarse en la punta, desplazándose con solvencia hasta estirar 5 cuerpos de diferencia ante Amo y Señor.
Clavó un tiempazo según el reloj oficial: 1’26”95c, conquistando de esta manera su 2ª presea dorada en 6 salidas a la pista. ¡Pintó bárbaro!