En estos días se cumplieron 14 años de la muerte de Southern Halo, el padrillo de mayor éxito en la cría de caballos sangre pura de carrera. El caballo que casi le provoca un ataque a Hernán Ceriani Cernadas II, el hombre que lo trajo a la Argentina para su haras La Quebrada, cuando la segunda vez que lo vio dudaba si estaba dedicado a traccionar un carro, tal el estado andrajoso que mostraba. Pero aquí, como tantos sementales, mejoró su físico y apareció ese genio que hasta lo hacía morder a algunos de los que se le acercaban.

Criado en el estado de Maryland, no fue un ganador clásico en los Estados Unidos, pero el auge de sus líneas paterna y materna y el hecho de haber sido criado por el gran E.P. Taylor, criador de Northern Dancer, elevó a 600.000 dólares su precio en Keeneland, pagados por Stavros Niarchos, quien lo llevó al stud de D. Wayne Lukas en Estados Unidos y donde alcanzó dos segundas posiciones de Grupo 1.  

Cuando llegó a la Argentina, fue puesto en la padrillera a la sombra de Merce Cunningham, el mascarón de proa que llegaba a Pilar en esos tiempos posteriores a Salt Marsh y Logical. Después, aquel fue una decepción (casi no preñaba, incluso), mientras la primera generación del hijo de Halo y Northern Sea entregaba a Gouache, Numeraria, Orca, Touch Dancing, Overspeed… Ahí fue donde Southern Halo empezó a revolucionar la cría de este país. Sobre todo con la precocidad de sus hijos y con la velocidad histórica con que el haras de los Ceriani Cernadas dio vuelta la ecuación mirando a los Estados Unidos más que a Europa en busca de los mejores genes.

Dio 813 ganadores entre 1001 ejemplares, un 81,2 % y 157 ganadores clásicos, 51 de Grupo 1. Southern Halo, a través de sus hijos, brilló junto a Jacinto Herrera y a esta altura de los tiempos, con tanta agua corrida bajo ese puente entre ambos, se sabe que el jockey peruano tuvo un éxito que lo volvió uno de los mejores de la historia en gran parte gracias a su mano para llevar esos caballos, en la cancha y en la pista. 

Con el paso de los años, apareció el gran abuelo materno y diez en diez oportunidades ganó ambas estadísticas a la vez. Tuvo seis distinciones Carlos Pellegrini como padrillo del año y cinco como abuelo materno. Team, El Compinche, Wally, Miss Linda, Sebi Halo, La Galerie, Venusberg, la Costa Azul, nombres escritos decenas de veces en las páginas de los diarios y en las revistas, después de haber pasado por un ring de ventas o de defender los propios colores colorado y blanco.

El recordado Juan Carlos Etchechoury y Carlos Zarlengo fueron los entrenadores en los tiempos dorados de Southern Halo. Roberto Pellegatta tenía su stud al lado del de La Quebrada -hoy lo ocupa él mismo con Juan Saldivia- y siempre recordaba con admiración cuando eran bajadas del camión las nuevas hijas del gran reproductor que llegaban a Palermo para empezar el training que infinidad de veces las conducía a los clásicos.

John Magnier, propietario de Coolmore y de Ballydole, en Irlanda, llevó a Southern Halo un par de temporadas a Ashford, su división en Kentucky. De allí surgió More Than Ready, ganador clásico y excelente padrillo. Dijo Magnier: “Southern Halo fue capaz de reunir a su alrededor gente de la clase de Robert Sangster, E.P. Taylor, D. Wayne Lukas y Hernán Ceriani Cernadas”.

 

Fue tan bueno Southern Halo que disimuló un defecto en una mano que generó una gran anécdota de Juan Carlos Bagó, que pinta su don de gente y que es un notable criador. Se puede ver en https://www.youtube.com/watch?v=F-Uu_Da6TaI, un video dedicado al padrillo que saltó todas las marcas. Como estas líneas, que no esperaron un número redondo para el recuerdo.